Foro Alfonso Carlos y Aplech carlista en Morella
Morella, la capital histórica del Maestrazgo carlista, ha reverdecido viejos laureles en servicio a la Tradición. El fin de semana del 13 al 15 de septiembre de 2013, gracias a la excelente organización del delegado local de CTC, señor Querol, las viejas murallas morellanas han acogido viernes y sábado la convocatoria anual del Foro Alfonso Carlos I (de ámbito nacional), y el domingo el acto de homenaje al general Ramón Cabrera, excusa para un gran Aplech de carlistas valencianos, catalanes y aragoneses, que ha sido acompañado por numerosos simpatizantes de toda España.
Con el título “La aportación del carlismo a la historia de España: pasado, presente y futuro” el Foro, radicado en el hotel rey don Jaime, ha tenido como ponentes a Santiago Arellano, José Fermín Garralda y Javier Barraycoa. El viernes por la tarde Arellano dictó la conferencia “el carlismo en la Segunda república: la resistencia al proceso revolucionario”, en la que repasó mucho más las incoherencias de los liberales “moderados” ante el avance revolucionario, sus vacilaciones, transacciones y aceptaciones del desorden republicano, frente a la firmeza con la que la Comunión monárquica jaimista, tras acoger neutralmente la llegada de la nueva configuración estatal, la combatió desde el momento de la publicación de la constitución, de marcado carácter anticatólico y antiespañol. El sábado por la mañana fue el turno de Garralda, que hizo una extenso y documentadísimo repaso (apoyado por un excelente material audiovisual) del carlismo durante un siglo- el que va desde 1833 a 1931- y lo hizo desde el original prisma de analizar los períodos entre guerras con sus depresiones y renacimientos, aportando abundantes testimonios de la firmeza de las convicciones del tradicionalismo (lejos del poder, lejos del triunfo, lejos del reconocimiento), ocasionalmente desorganizado o desanimado, pero jamás entreguista. Por último, el sábado por la tarde Javier Barraycoa hizo un repaso de las virtudes cristianas (que el tradicionalismo quiere hacer presentes en la vida pública y la legislación) que se oponen al nihilismo y pansexualismo imperantes en la charla “el carlismo frente a la revolución hedonista y subjetivista”. Tras cada presentación hubo un interesante turno de preguntas y todos los ponentes recibieron nutridos aplausos.
Antes de la comida la junta de gobierno programó una presentación de varias iniciativas de la Liga Tradicionalista: responsables de la Asociación Cruz de san Andrés por la Vida y la Familia, los grupos de propaganda carlista, la asociación Luis de Trelles de abogados contra la usura o el flamante círculo carlista Domingo Forcadell de Alicante. El último acto fue una interesante mesa redonda acerca de “el futuro del carlismo”, donde estuvieron invitados José Fermín Garralda, Juan José Ibáñez, Javier Barraycoa, José Miguel Orts y Luis Amorós. El secretario nacional de la Comunión, Javier Garisoain, ha introducido diversos temas absolutamente candentes. El primero, sobre el futuro de un carlismo sin rey y cómo ha de funcionar este. Aunque todos los ponentes estaban de acuerdo en que el carlismo no se entiende sin un rey, ha habido cierta disparidad sobre la forma en que la CTC ha de afrontar el tema; mientras Garralda e Ibañez veían difícil a corto y medio plazo lograr materializar la figura de un monarca (aunque sí a largo plazo), confiando ese hecho a la acción de la Providencia, y recomendaban centrarse más en aspectos de organización y proselitismo, Orts y Amorós abogaron por adoptar una actitud más activa en este terreno, alertando de los peligros de normalizar algo que debería ser en sí mismo excepcional. Otro aspecto que se debatió fue la misión del carlismo con respecto al “resto de Israel” que representaba esa minoría de católicos coherentes, potenciales simpatizantes del carlismo. Cada miembro expresó su propuesta para actuar sobre ese segmento poblacional, y variaron en su mayor o menor optimismo sobre el impacto que el tradicionalismo puede tener aprovechando la crisis moral y política actual. También se habló del catolicismo liberal (condenado unánimemente), y de otros temas menores, siendo muy importante la participación del público, entre el que destacó las intervenciones de Carlos Ibañez y Efrén de Pablos. Con este interesante coloquio se puso el punto final al programa previsto en el Foro Alfonso Carlos 2013.
Sin duda el plato fuerte del fin de semana fue el Aplech para homenajear al general Ramón Cabrera. A las 11:00 horas, más de ciento cincuenta carlistas de toda España (sobre todo valencianos, pero también importante representación de catalanes, castellanos y navarros), precedidos de la valenciana banda de cornetas y tambores del requeté, llevaron a cabo un impresionante pasacalle desde la puerta de san Miguel, precedidos por las banderas española, valenciana y de la Cruz de san Andrés, y una corona de flores portada por dos margaritas. Ascendiendo por las empinadas y hermosas calles de Morella, los carlistas (entre los que no faltaban muchas banderas, incluyendo una que reproducía el estandarte de combate del ejército del Maestrazgo) hemos recibido la atención, interés, aliento e incluso aplausos de los habitantes y turistas de la villa. Tras entrar en el castillo, se ha ascendido hasta la escultura ecuestre del general, donde ha tenido lugar la ofrenda de la corona de laurel al invicto comandante de las tropas legitimistas de Murcia, Valencia y Bajo Aragón durante la guerra de los Siete años. El delegado local de CTC, José Antonio Querol, ha dirigido una encendida arenga, dando las gracias a todos los visitantes y rogando a Dios porque el pueblo de Morella, antaño mayoritariamente carlista, volviese a hacer honor a sus antepasados. A continuación, el presidente regional, Jesús Blasco, ha leído una breve semblanza de las hazañas del general. La banda ha interpretado el toque de silencio, la pieza “la muerte no es el final” en homenaje a todos los mártires caídos en el Maestrazgo y el himno de España; el acto ha finalizado con un estruendoso Oriamendi cantado a capela por cien gargantas carlistas que ha resonado en las piedras del milenario castillo.
A continuación los asistentes han bajado de nuevo para asistir a misa en la capilla de la Virgen de los Dolores de la impresionante y hermosa basílica arciprestal de la ciudad. Allí, enmarcado entre los tres abanderados (que han abatido los guiones durante la consagración, como es preceptivo) el retor ha animado a conservar las convicciones sólidamente ancladas en las enseñanzas de Cristo y de la Iglesia, sin descuidar la misericordia manifestada por Dios que los cristianos hemos de imitar.
Seguidamente todos los presentes, encabezados por la banda de cornetas y tambores del requeté, se han dirigido al hotel, donde ha tenido lugar la exquisita y animadísima comida de confraternización, magníficamente servida por nuestros anfitriones. A los cafés, se ha procedido al acto de homenaje a don Alberto Adán, durante muchos años presidente de la junta provincial de Castellón, actualmente de avanzada edad y delicado estado de salud. El actual presidente provincial, don Vicente Porcar, ha hecho la glosa de su biografía, plenamente dedicada a Dios, su familia y el carlismo, donde ha sido adalid e historia viva en los últimos 50 años. En nombre de la Junta provincial ha hecho entrega de la placa conmemorativa por la cual se le nombra presidente de honor de dicha junta, con los presidentes de las juntas regionales de Valencia y Navarra, y la nacional de testigos, entre grandes aplausos. Se ha rogado por el restablecimiento de su salud.
Por último, han tenido lugar los parlamentos. El presidente provincial, el señor Porcar, ha agradecido al delegado local la magnífica organización de los actos del fin de semana, y a alentado a todos a participar más activamente en el trabajo de la Tradición. Don José Miguel Orts, consejero nacional por Valencia, ha llevado a cabo una encendida alocución, apelando a sus muchos años de permanencia en el carlismo, animando a buscar la reanudación de relaciones con la dinastía legítima, abandonadas tras la defección del titular llamado a ocupar la corona legítima de las Españas, aprovechando que una nueva generación de carlistas ve las cosas de otra manera, y pidiendo que cualquier acontecimiento en ese sentido no soprenda a los carlistas perdidos en evocaciones, sino trabajando activamente por la Causa. Don Jesús Blasco, presidente de la junta regional del Reino de Valencia, hizo una alocución que ha sido todo un repaso a los principios firmes del carlismo, y de la organización de la actividad tradicionalista, invitando a todos a incorporarse, aprovechando la ilusión que generan actos como los de este fin de semana. Don Javier Garisoain, secretario de la junta nacional, en un encendido discurso, ha rogado, en la línea de los anteriores, que la llama de confraternización y entusiasmo que encienden los encuentros carlistas no muera a su término, y que todos los presentes debían llevar el mensaje del trilema a una sociedad que lo necesita porque, en sus palabras “nosotros podemos salvar a España, aunque parezca arrogante o increíble”, llevando el mensaje de la tradición política a una España que lo ha olvidado y se halla inmersa en una terrible crisis por ese motivo. Por último, doña María Cuervo-Arango, presidente de la Junta nacional, ha dirigido unas palabras de afecto y agradecimiento a todos los organizadores, y ha dirigido una oración de despedida. Los actos han concluido con un sentido canto del Oriamendi.
Un fin de semana de aprendizaje, un fin de semana de compañerismo, un fin de semana de devoción, un fin de semana de familias, un fin de semana de afectos, un fin de semana de ardor, un fin de semana de principios, un fin de semana de orgullo por nuestra historia, un fin de semana de Tradición. Un fin de semana, en fin, de carlismo.
Morella, bastión de la Tradición española, los carlistas siempre te llevaremos en el corazón. Hasta la próxima.
Discurso de don José Miguel Orts
Discurso de don Jesús Blasco
Hoy es un día muy especial porque gracias al esfuerzo de muchas personas hemos conseguido estar aquí reunidos, así que por la parte que me toca debo dar las gracias,
En primer lugar a José Antonio Querol y a la Junta Provincial de Castellón presidida por Vicente Porcar, sin cuyo esfuerzo y dedicación no hubiera sido posible ni la celebración del Foro Alfonso Carlos I ni los actos de hoy en Morella.
Dar las gracias a los círculos, San Miguel de Liria, Domingo Forcadell de Alicante, y Aparisi y Guijarro de Valencia por su colaboración directa o indirecta para la celebración de estos actos.
Agradecer a la Junta Nacional de la CTC la confianza puesta en los carlistas del Reino de Valencia para dichas celebraciones. Ha sido todo un reto que gracias a Dios se ha llevado a buen fin con esfuerzo y entrega.
Queridos Carlistas, estos trabajos de organización son los que ponen a prueba la valía y la eficacia de unos hombres que tienen fe en sus ideales, dejando a un lado diferencias y cuestiones personales y anteponiendo a todo ello, el interés de la Causa y de la Patria. El Carlismo necesita tener más presencia política en la sociedad española y para ello son necesarias tres cosas disciplina, esfuerzo y contribución a las arcas de la Causa.
Hoy, el Carlismo tiene un reto histórico que alcanzar, cual es, hacer llegar a la sociedad española el mensaje de sus ideales encuadrados en el Carlismo Tradicionalista que es el único antídoto contra este sistema liberal-socialista, corrupto, anticristiano y antiespañol. Nosotros no somos como los partidos al uso que anteponen sus intereses personales y ambición de poder, a los intereses del pueblo español. Por eso no creemos en este sistema partitocrático. El Carlismo, siempre ha luchado por la justicia social y por el bien común de todos los españoles, sin distinción. Además el Carlismo reconoce la máxima autoridad de Dios que es quien nos muestra como se ha de poner orden en una sociedad, victima de la revolución y el caos.
Decía Aparisi y Guijarro en 1872: “En esta sociedad todas las verdades se adulteran y se falsean todas las instituciones. A lo bueno se le llama malo, a la Religión fanatismo, libertad a la servidumbre. Independencia para ellos, significa dejar de ser criados de una nación, para constituirse en esclavos de otra. Representación nacional para ellos, es representación, si, pero de las pasiones de un partido o partidos que o por leyes viciosas, o por corrupción, o por violencia, han hecho enmudecer a una gran nación como es España. En esta sociedad, cuantas más leyes, habrá más corrupción, cuanto más se dilaten las formas políticas, más desenfreno y cuanta más publicidad menos vergüenza.”
Hasta aquí sus palabras, pero 141 años después la podredumbre permanece y se reinventa a si misma.
Para romper cualquier orden establecido, la revolución liberal-socialista, apela siempre a la libertad, pero recurre al libertinaje. Avasalla y prende fuego a todo lo que le estorba y entra a saco en los hogares a través de los medios de comunicación a su servicio. Después establece un aparente nuevo orden ”desordenado”, para que el pueblo, más empobrecido que antes, intente organizarse de nuevo tras costosos sacrificios y grandes esfuerzos.
La revolución aprovecha el desorden reinante (hoy lo llamamos crisis), para abusar y someter a los pueblos con la excusa de una falsa libertad democrática. Por eso cada día los pobres son más pobres y los ricos son más ricos. Esa es su “democracia”.
¿Como combatir esa lacra y sobre todo como reeducar a ese pueblo? Pues bien, solo con disciplina y desde la Fe, podremos reconducir la situación, con la seguridad de abrir una profunda brecha en su frente de ataque. Con la Fe encontraremos continuamente nuevos argumentos en los que reforzar nuestras convicciones y con la disciplina conseguiremos un orden de trabajo que nos proporcionará mayores posibilidades de victoria.
¿Por qué precisamente la religión Católica es desterrada como religión oficial en los estados modernos? Pues precisamente porque si se acatara como tal para determinar la justicia social de los pueblos, estos tendrían que aceptar al tradicionalismo como solución política y entonces no podrían gobernar a su libre albedrío con todos sus ídolos de barro, políticos y financieros. Desde estas premisas nos hemos de plantear la lucha política contra un sistema que han fabricado a su medida.
En estos 38 años, han conseguido pervertir todos los poderes públicos y medios de comunicación así como beneficiarse personalmente del sistema corrupto que ellos mismos se dieron. Desde unas instituciones corrompidas, incluida la Jefatura del Estado, han utilizado todos los medios a su alcance, Leyes, Banca, Prensa, Radio y TV para convertir a España en un erial y a los españoles en víctimas, sorprendidas y atrapadas por el sistema.
Ya se cuidaron muy mucho de no incluir en su constitución entre otras cosas, el mandato imperativo, para que nunca nadie les exigiera ningún tipo de responsabilidad política, ni tampoco aceptaron listas abiertas con auténtica representación social que devolviera el protagonismo al pueblo y no la mascarada de los partidos políticos, que tan solo se representan a si mismos.
España está en una de las más terribles encrucijadas de su historia. Con miles de asesinatos provocados por la ley criminal del aborto, con un ataque frontal a la familia, con millones de españoles sin trabajo, ni perspectivas de obtenerlo, con un humillante despilfarro desde los estados central y autonómicos, con una ultrajante y usurera banca que continúa ganando dinero y negándole el pan y la sal a los pequeños y medianos empresarios y a las familias, con un claro ataque a la unidad de la Patria desde los separatismos nacionalistas que se aprovechan de la debilidad del estado para romperlo en pedazos y con un pueblo indolente y apático metido en casa, emboscado en el mal menor, desorientado e incapaz de reaccionar ante tan grave situación.
Pocas veces en la historia, el Carlismo y la Tradición han tenido la ocasión tan clara como hoy, para ofrecer a los españoles, una nueva semilla de justicia social, de libertad cristiana y de esperanza.
La historia nos lo demanda.
En estos tiempos en los que la revolución hunde en la miseria al pueblo español y enfrenta a diario a las familias, a los municipios, y a las regiones, potenciando la desigualdad y los separatismos para romper las tradiciones, la historia y la unidad de los pueblos de España, los carlistas proclamamos y exigimos Fueros para todos.
Los inventos políticos que las democracias al uso propugnan como fantásticos, sus programas de gobierno basados en proyectos irrealizables de origen laico y sin supeditación a ningún orden moral, no funcionan. Porque en cuanto alcanzan el poder los incumplen y sucumben hundiendo en la miseria y en el enfrentamiento a los pueblos. Por ello el Carlismo tiene una solución o mejor dicho una garantía para que ese orden social justo y deseable sea perdurable.
Esa garantía se llama Fueros, que son pactos entre el pueblo y el estado, aceptados libremente y por unanimidad con el fin de controlar los abusos del poder establecido. Pero Fueros, para todos los Reinos, Señoríos y Principados de España. No queremos falsos reinos de taifas.
Porque cuando el Carlismo postula Fueros, está proclamando su compromiso de sustituir las construcciones políticas inhumanas, antinaturales y anti históricas del liberalismo y del totalitarismo socialista, por la expresa consecuencia social del auténtico humanismo cristiano. Los Fueros son el mejor cauce legal para proteger y garantizar las libertades y los derechos naturales de los pueblos de España.
Y desde luego son el mejor antídoto contra las aspiraciones desintegradoras de los separatismos nacionalistas, anulando su acción destructora.
Porque, quien busca el orden justo, nada tiene de extraño que se le resuelvan todos los problemas al mismo tiempo, los de orden social, los de orden político y los de orden económico.
Por todo ello el Carlismo debe estar presente cada día más en la lucha política y demostrar con hechos, sus principios. Hoy es tiempo de hacer política aplicando en esa empresa los ideales, la fuerza y el valor, que animaron a los carlistas en tantas batallas. Hay que luchar políticamente contra el sistema. Si hemos de ir contracorriente, vayamos, si hemos de ser políticamente incorrectos, seámoslo, pero desde luego lo que no podemos hacer es quedarnos cruzados de brazos.
Los Carlistas siempre defendimos a los españoles en el campo, en las fábricas, en las universidades, y en las instituciones. Todos estos, son lugares que no nos son ajenos. Siempre tuvimos representación política en las Cortes españolas y en principio, ahí es donde debemos conseguir llegar, para plantar batalla política a tanto sinvergüenza y a tanta corrupción moral, económica y política.
Para ello hemos de saber transmitir nuestro pensamiento a quienes desconfían de todo lo que representan los actuales partidos.
La Fe imprime carácter, y el pueblo español siempre supo hacer gala de ese espíritu y de esa gran personalidad que se ha ido forjando a través de los tiempos y que hoy se ve únicamente representado en la Comunión Tradicionalista Carlista. Ese espíritu es el que da sentido a nuestra existencia y a nuestra lucha.
Ha sido mucha la sangre derramada como para que ahora nos quedemos quietos o volvamos la mirada hacia otro lado. De nosotros depende lo que queramos hacer y hasta donde queremos llegar. En el camino encontraremos gente que querrá venir con nosotros y hemos de estar preparados para recibirles. Pero no os equivoquéis porque nadie podrá hacernos el trabajo. El trabajo y el sacrificio es exclusivamente nuestro.
Ahora bien, si lo que queremos es vivir de los recuerdos, vernos representados en los museos, o simplemente escenificados en la historia de algunos pueblos de España como simples souvenirs para los turistas, por muy respetable que esto sea, eso ya es otra cosa y desde luego mucho más cómoda y menos comprometida.
Insisto, de nosotros depende a donde queramos llegar.
Como se ha dicho esta mañana ante la estatua del General Cabrera, reconocemos nuestra historia y la asumimos con sus aciertos y con sus errores. Por ello miramos al futuro con la misma ilusión y esperanza de siempre.
Queridos Carlistas, NO NOS DEJEMOS ROBAR LA ESPERANZA, NI NOS ROBEMOS ENTRE NOSOTROS LA ESPERANZA, más aún, HAGÁMONOS TODOS PORTADORES DE ESPERANZA, porque España es sanable y porque nuestros Reyes Legítimos siempre nos animaron a seguir adelante con tesón y con ahínco, porque España vale la pena, porque España y los españoles se lo merecen.
La Historia nos demuestra que ello es posible, el Carlismo, los carlistas siempre estuvimos allí donde España nos necesitó y hoy desde Morella, desde el Reino de Valencia, le decimos al pueblo español que aquí está el Carlismo, que aquí estamos los carlistas, dispuestos una vez más a dar la cara y a enfrentarnos a quienes están destruyendo la Patria.
Viva Cristo Rey, Viva España, Viva el Rey Legítimo
Discurso de don Javier Garisoain
Carlistas,
Hoy es un día de fiesta. Aquí estamos comiendo, entre amigos, pasándolo bien. Al hacer esta mañana nuestra entrada triunfal en esta ciudad de Morella, con la banda de cornetas y tambores de La Llosa de Ranes, uno podía dejar volar la imaginación y tratar de evocar lo que debió ser la visita de la Expedición Real de Carlos V cuando hiciera escala en Morella. Pero levantando un poco más allá la vista sobre estas calles pintorescas se ve piedra, mucha piedra, se ven muros, almenas, torres, aspilleras... se ve sufrimiento, dolor, sangre, sacrificio. Por eso para nosotros estar hoy aquí es un honor, pero también es una exigencia. Una exigencia grande.
Quisiera expresar esa exigencia con unos términos que suenan a pasados de moda, a cosa exagerada, pero que tienen mucho de verdad: la exigencia que tenemos delante es nada más y nada menos que salvar a España. Si. Salvar a España. Pero no estamos locos, cuando digo que nuestra misión es salvar a España ya se que no podemos salvarla ni nosotros solos, ni salvarla entera aquí y ahora. Salvar a España es el ideal y en la medida que podamos tenemos el deber de aspirar a su cumplimiento. Haremos lo que esté en nuestras manos. Tampoco don Pelayo salvó a España entera. Pero a veces lo importante es la chispa que empieza un incendio. Y el Carlismo ha de ser esa chispa, ese punto de referencia que sirva de apoyo para otros muchos.
¿Y de qué hemos de salvar a España?
En primer lugar hay que salvarla del CATOLICISMO LIBERAL que es esa especie de apatía, de incongruencia, de contaminación de tantos hermanos nuestros católicos que ni comen ni dejan comer. Que dejan su religión en la sacristía o en el templo pero que en la vida pública se limitan a decir: "la ley es la ley". Una forma de entender la vida política que lo aguanta todo, porque el malminorismo no tiene fin. Que es capaz de vivir como si nada mientras, por ejemplo, las leyes han rebajado el matrimonio cristiano a la altura rastrera de una unión aberrosexual. ¿Y no pasa nada?
Hay que salvar también a España de la TIRANÍA. Los españoles viven hoy asfixiados, aplastados por códigos, leyes, reglamentos, inspecciones, impuestos... Cada español trabaja al menos hasta junio solo para poder pagar los impuestos del estado. Es verdad que con ellos se hacen carreteras. Pero también aeropuertos inútiles. Es verdad que se hacen hospitales. Pero también se alimenta una casta política corrupta que derrocha y derrocha. Y mientras tanto no se puede protestar, porque la realidad del sistema es lo contrario de lo que dice ser. No es una democracia porque la democracia es imposible. No es una monarquía porque eso es un teatro. Esto es una partitocracia, una tiranía a plazos, una dictadura socialista cada vez más dura.
Y hay que salvar a España, por último, de la PARTITOCRACIA, una casta política que es lo contrario de la Monarquía Tradicional, que impide la existencia de gobiernos que hagan las cosas pensando en el bien común, con la vista larga, haciendo las cosas a largo plazo. Todo lo hacen pensando en las próximas elecciones, y reparten las subvenciones para tener contentos a los amigos. No les importa el bien común y por eso están dispuestos a trocear España sin ponerle remedio. Lo mismo les da Gibraltar que Cataluña. Hay que salvar a España procurando la unidad en la diversidad. Tal como siempre lo entendió la política tradicionalista.
Somos pues responsables de mucho. Lo somos de toda España. Porque ni renunciamos ni renunciaremos a esta idea de salvar a toda España. Pero somos en primer lugar responsables de los nuestros, de ese resto de familias cristianas, españolas, decentes, que viven huérfanas no solo de Rey, sino también de las estructuras políticas más básicas y más necesarias. No basta con sobrevivir a base de las burbujas espirituales que proporcionan los ambientes y movimientos religiosos. Es preciso que lo que queda del sano pueblo católico y español se organice, se estructure políticamente, y para ello se ofrece esta vieja Comunión Tradicionalista Carlista, porque nosotros llevamos la bandera y el germen de la España tradicional, de la España de siempre, porque no somos una ideología más en el mercado de las siglas, porque tenemos una historia limpia de servicios que ya la quisieran para si otros partidos.
Carlos VII dijo en su famoso testamento político "Vosotros podéis salvar a la Patria, como la salvasteis, con el Rey a la cabeza, de las hordas mahometanas y, huérfanos de Monarca, de las legiones napoleónicas."
Yo esto me lo creo. Y os animo a que lo creáis firmemente. Y por eso cada día, por la mañana, os recomiendo que os miréis al espejo y os digáis a vosotros mismos: ¡voy a salvar a España! Lo conseguiremos si cumplimos cada uno con nuestro deber, con disciplina, con organización, y, como siempre os digo, que nadie deje estas grandes preguntas en el aire. Si no se sabe qué hacer, por dónde empezar, preguntadnos a cualquiera de los miembros de las juntas regionales o de Gobierno de la Comunión. Preguntadnos. Que trabajo no falta.
Gracias
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